Bill Walton el MVP de cristal
Desde que en la temporada 1955-1956 se instaurara el Premio al Jugador más valioso de la temporada prácticamente todas las grandes estrellas de la NBA han inscrito su nombre en la lista más prestigiosa del baloncesto norteamericano y probablemente del mundo. Entre esos nombre míticos se encuentra el de Bill Walton, un jugador sin lugar a duda muy especial.
Fue elegido como número 1 del Draft de 1974 tras ganarlo practicamente todo en UCLA y dejar un espectacular promedio de 20.3 puntos y 15.7 rebotes en su etapa universitaria.
En aquellos años en la Universidad ganó varias veces el Campeonato de la NCAA e infinidad de Premios individuales a mejor jugador. De hecho junto a Ralph Sampson es uno de los jugadores más premiados en la historia de la NCAA.
Todo era perfecto… idílico… pero a partir de su desembarco en Portland llegaron los problemas que hicieron que su carrera fuera mucho menor de su calidad y de sus posibilidades deportivas.
El nombre de esos problemas fueron las lesiones que le acompañaron desde su año rookie.
Bill Walton se perdió casi la mitad de los partidos por lesiones en sus dos primeras temporadas en la NBA.
En la tercera llegó su primer gran éxito a pesar de que también las lesiones le pasaron factura.
Consiguió convertirse en Campeón de la NBA y MVP de las finales de 1977 tras realizar unos espectaculares playoffs donde frenó a Kareem Abdul Jabbar en las finales de Conferencia y fue el gran artífice de la remontada de un 2-0 en las finales de la NBA frente a los Philadelphia 76ers.
Aquellos Sixers contaban con un Julius Erving superlativo pero que nada pudo hacer frente al poderío interior de Big Red que promedió en aquellas finales 18.5 puntos, 19 rebotes, 5.2 asistencias, 1 robo y 3.7 tapones.
La estrella de la NCAA se había convertido en estrella de la NBA.
Todo parecía haberse reconducido y en el inicio de la temporada siguiente Bill Walton lideró a los Blazers de nuevo a un balance de 48-10 en los primeros 58 partidos de liga.
En aquel momento Walton volvió a caer lesionado y despertó abruptamente del sueño del éxito que le había acompañado durante el último año en la NBA.
En los siguientes 24 partidos sin Walton los Blazers ganaron tan sólo 10 partidos y perdieron 14.
A pesar de disputar tan sólo 58 partidos Bill Walton fue nombrado MVP de temporada convirtiéndose en el ganador del Premio con menos partidos disputados en la historia.
Walton estableció ese curioso record sólo superado por Karl Malone que lo hizo con 49 partidos en la temporada 1998-1999 aunque hay que recordar que en esa temporada hubo un lockout por el que sólo se disputaron 50 partidos luego la temporada no se disputó completa.
En el dato de temporadas completas el segundo jugador con menos partidos para ser MVP es Lebron James con 62 en la 2011-2012.
Por último Bill Walton es el segundo jugador con menos minutos disputados por partido para llegar a ser MVP.
Jugó 33.3 minutos por partido en aquella temporada sólo mejorado por Stephen Curry en la 2014-2015 que lo consiguió jugando 32.7 minutos por partido.
A partir de esa temporada la carrera de Bill Walton nunca volvió a ser la misma aunque en 1986 con los Celtics volvió a ser Campeón de la NBA y además fue elegido mejor sexto hombre de la temporada.
Lo más curioso de las lesiones de Walton fue que fueron de todo tipo… pies, rodillas, muñeca, nariz… se fracturó casi todo lo fracturable.
Se retiró con tan sólo 468 partidos disputados lo que también le convierte en el MVP con menos partidos jugados en su carrera en la historia de la NBA.
Un grande Cristal pero que escribió su nombre con letras de oro en la historia de la NBA.
[wysija_form id=»1″]