Clifford Luyk, el jugador con más Ligas Españolas de Baloncesto
Ya hemos explicado en más de una ocasión que la Liga ACB (o Liga Endesa por su patrocinador), tal y como hoy conocemos al campeonato español, se denomina así desde la temporada 1983-84. Es decir, desde el momento en que la Asociación de Clubes de Baloncesto tomó el mando de una liga que anteriormente estaba en manos de la Federación Española de Baloncesto (FEB). Este es un hecho que en ocasiones da lugar a confusión con las distintas estadísticas.
En cualquier caso, hoy queremos recordar a un hombre que destaca entre los más grandes jugadores que han pasado por nuestro campeonato, aunque en su caso toda su carrera se ha desarrollado antes del cambio de denominación en la Liga. Se trata del estadounidense Clifford Luyk.
El pívot, nacido en Siracusa y nacionalizado español, llegó a levantar hasta 14 títulos de la Liga Española de Baloncesto.
Tan solo otro jugador alcanzó semejante cifra y fue su compañero de equipo en buena parte de su etapa, Rafael Rullán, aunque este último completó sus 11 títulos logrados en el primer formato, con otros 3 más jugando ya la Liga ACB. Por su parte Luyk fue capaz de sumar a estos, otros 10 títulos de Copa, convirtiéndose también junto a Epi en el jugador que más trofeos posee en esta competición.
Ya en sus inicios, Clifford Luyk tuvo una trayectoria brillante en la liga universitaria americana formando parte de los Florida Gators, lo que en 1962 le llevó de allí directamente al Real Madrid.
Es cierto que ese mismo año los New York Knicks le eligieron en la 4ª ronda del Draft en el puesto 27, pero Pedro Ferrándiz se adelantó a todos y lo puso rumbo a Madrid tras verle anotar 8 puntos en 3 minutos mientras probaba con el equipo neoyorquino ante los Celtics. Menudo acierto del gran Pedro.
Seis años más tarde y ya jugando con la selección española disputaría un partido en Cincinnati contra los Indiana Pacers. Los 26 puntos que anotó aquel espigado “jugador no NBA” en un abarrotado estadio dejaron atónitos a los dirigentes de los Pacers que rápidamente le expresaron su interés, pero Luyk ya tenía muy claro que su sitio estaba en España y en el club blanco.
Para hacernos una idea de la dimensión de este jugador, basta hacer la comparación con una de las leyendas en activo del club blanco, Felipe Reyes.
Mientras el pívot cordobés, uno de los jugadores más laureados y ya cerca de su retirada, lleva nada menos que 20 títulos con el Real Madrid y aún está en disposición de sumar otra Liga, el norteamericano acumula hasta 33 campeonatos como jugador del Real Madrid. Para frotarse los ojos.
Selección española
Tampoco hay que perder de vista su papel con la selección española, aunque aquella época no se pueda ni siquiera comparar con la actual en cuanto a los logros del combinado nacional.
Cuando en 1965 se aprobó una liga sin la participación de jugadores extranjeros, Clifford Luyk fue el primero en acudir a las oficinas de Raimundo Saporta para expresarle sus intenciones de nacionalizarse como español, lo que por aquel entonces suponía también renunciar a su nacionalidad americana. Dicho y hecho. Pese a que Saporta lo instó a meditar tan importante decisión, el jugador lo tenía ya muy claro y le refirió que ya en ese momento se sentía mucho más cómodo en España que en su propio país.
Enfundado con la roja de España alcanzó su techo en el Eurobasket de 1973 disputado en Barcelona y en el que el conjunto español logró aquella histórica medalla de plata que a día de hoy a algunos les puede sonar pobre, pero que suponía el mayor logro de la selección nacional en muchos años.
Con sus 2,03 metros, Clifford Luyk fue un pívot que llegó a dominar la zona tanto en España como en Europa por más de una década. Su potencia y su clase fueron un lujo para el baloncesto español de aquellos años, pero en especial su inapelable gancho hizo época. Un arte que dominaba como nadie y con una plasticidad nunca vista hasta entonces.
No cabe duda de que su desembarco en España supuso un importante impulso para nuestro baloncesto y en especial para el del Real Madrid, en el que rodeado de una gran generación de jugadores convirtió a los blancos en un equipo casi imbatible.
