Rik Smits, el infravalorado gigante holandés
El caso de Rik Smits es especialmente curioso entre los Gigantes de la NBA de más de 220 centímetros, ya que a pesar de ser uno de los elegidos en mejor posición del Draft y de tener una de las carreras más completas de todos ellos, siempre queda en un segundo plano cuando se recuerda la carrera de los jugadores más altos de la historia de la liga.
La historia del gigante holandés comenzó en Eindhoven, donde empezó a jugar al baloncesto con 14 años en el equipo de su ciudad, el PSV. Esa edad era relativamente tardía para comenzar a jugar al baloncesto.
Sus excepcionales condiciones físicas, le abrieron la posibilidad de jugar en la NCAA. La opción que eligió fue la de un equipo con escasa (o nula) proyección deportiva en la competición universitaria de baloncesto, los Red Foxes de los Maristas, una universidad privada y católica situada en el Estado de Nueva York, que tan solo ha llevado a jugar en la NBA al propio Rik Smits.
Ese lugar y esa etapa, fue la auténtica cuna deportiva de Smits, ya que allí pasó cuatro años evolucionando su juego antes de dar el salto a la NBA. La evolución del pivot holandés fue más que evidente, ya que desde su primer año en la Universidad al último pasó de promediar 11.2 puntos y 5.6 rebotes por partido, a 24.7 puntos y 8.7 rebotes por encuentro.
Su evolución y mejora en el juego le puso en el radar de varios General Manager de la NBA, siendo finalmente elegido en el segundo lugar del Draft de 1988.
Fueron los Indiana Pacers, en una decisión controvertida, quienes se hicieron con los servicios de Rik Smits por delante de jugadores como Mitch Richmond y Hersey Hawkins.
El General Manager de los Pacers en aquel momento era Donnie Walsh. En aquellos años, la figura de Walsh fue especialmente controvertida, ya que en el draft anterior(1987) había elegido a Reggie Miller en detrimento del ídolo local de los Hoosiers, Steve Alford.
Los de Indiana contaban con un pivot de 27 años, solvente y de cierta calidad como Steve Stipanovich, y parecía que no tenía un gran sentido apostar en el draft con una elección tan alta, por un jugador como Smits que no había logrado nada en la NCAA y que parecía destinado a ser el suplente de Stipo, pero el destino le volvió dar la razón a Walsh, como en el caso de Reggie Miller el año anterior.
Antes del comienzo de la temporada 1988-1989, una grave lesión de rodilla de Stipanovich le llevó primero a perderse toda la temporada y, finalmente, a tener que retirarse sin poder volver a jugar al baloncesto.
Esta lamentable situación llevó a Rik Smits a ser el pivot titular de los Indiana Pacers en su temporada rookie, convirtiéndose en un jugador clave en el presente y en el futuro de la franquicia de Indiana.
La adaptación de Smits no fue sencilla, ya que Jack Ramsay, el entrenador de los Pacers en los primeros partidos de aquella temporada, no confió en su juego anteponiendo tanto al pivot tosco Greg Dreiling, como a Herb Williams, haciéndole jugar de cinco cuando realmente era más un ala pivot.
Finalmente y tras un inicio de temporada convulso en el banquillo de los Pacers, ya que cambiaron hasta cuatro veces de entrenador, Smits se asentó como el pivot titular de los Pacers y el equipo empezó funcionar.
Aquellos Pacers contaban con jugadores de gran calidad como Reggie Miller, Chuck Person, Vern Fleming o Detlef Schrempf y un jugador de las condiciones físicas de Rik Smits, se convirtió en el complemento perfecto de aquel grupo de jugadores exteriores de gran talento.
Como ya es historia, Reggie Miller y Rik Smits se terminaron convirtiendo en la columna vertebral de los Pacers de la década de los 90’s, pero el holandés siempre quedó en un discreto segundo plano de un jugador del carisma de Miller The Killer.
Smits logró ser All Star en la temporada 1997-1998 y durante su carrera siempre fue considerado como uno de los mejores pivots de la NBA. Todos sus años como profesional en la NBA alcanzó promedios de doble dígitos en anotación, pero curiosamente nunca lo consiguió en rebotes a pesar de sus 224 centímetros.
El 10 de diciembre de 1995 alcanzó su tope máximo de anotación con 44 puntos frente a los Angeles Clippers, una gran marca para un jugador de su altura. Sin embargo, el tope máximo en tapones fue de tan solo 8 frente a los Chicago Bulls de Jordan el 30 de noviembre de 1990, una marca relativamente baja entre los jugadores más altos de la historia de la NBA.
Rik Smits terminó su carrera tras disputar 867 partidos en la NBA a lo largo de las 12 temporadas que vistió la camiseta de los Pacers. Sus números finales fueron de 14.8 puntos, 6.1 rebotes,1.1 asistencias y 1.3 rebotes por partido.
Es importante recordar que el jugador holandés vivió una época dorada de pivots en la NBA, ya que fue contemporáneo de Pat Ewing, Hakeem Olajuwon, David Robinson o Shaquille O’Neal, lo cual no le favoreció precisamente para dejar una mayor huella de su impacto histórico en la liga.
Aquellos Pacers, como particularmente Rik Smits, se merecieron mucho más reconocimiento histórico del que han tenido, ya que alcanzaron las Finales de Conferencia cinco veces de 1994 al año 2000, llegando a jugar incluso el último año las Finales de la NBA.
El problema de aquel gran equipo fue que se encontraron con los New York Knicks de Pat Ewing, los Chicago Bulls de Michael Jordan o los Angeles Lakers de Kobe y Shaq en las Finales del año 2000.
La historia de Rik Smits es tan curiosa en cuanto a su papel en un plano secundario en su carrera en la NBA, como que incluso para la retirada de su número de camiseta, hay otro jugador que le ha dejado en un segundo lugar.
Smits utilizó dos números de camiseta en los Pacers, en los primeros años el 24 y, tras la marcha de Chuck Person a los Timberwolves, el número 45, que había llevado previamente el carismático Rifleman.
La cuestión es que por números probablemente Rik Smits tendría más que posibilidades de tener retirada su camiseta en las vigas del Bankers Life Fieldhouse de Indiana, pero la coincidencia con el número 45 con un jugador tan carismático como Person, siempre ha aplazado el debate histórico de la retirada de camiseta de Smits, a pesar de ser el segundo máximo anotador y segundo hombre con más partidos disputados de la historia de la franquicia.
Ni en este reconocimiento pudo brillar con toda su intensidad The Dunking Dutchman.
Finalmente, en el año 2000, tras la derrota en las Finales de la NBA, Smits se retiró de la vida profesional con apenas 33 años tras graves problemas con las lesiones en los pies que arrastraba desde su juventud y que se irradiaban a la zona de la baja espalda.
Así llegó el final deportivo de un jugador probablemente infravalorado y no recordado en su justa medida, que dejó un impacto en el juego mucho mayor que su impacto mediático, por unos motivos o por otros. Todo pareció conjugarse para que Rik Smits no sea valorado y recordado como el gran jugador que realmente fue.