Madrid 17 de septiembre de 2015, son las 23:34 horas y me acabo de sentar a escribir algo que no pensaba hacer, algo no planificado, algo que no había imaginado, algo sobrevenido, algo que sólo me puede dar el baloncesto.
Este es uno de los artículos que acompañado de una cervecita fresca (no es la primera) voy a escribir con el corazón porque hoy he sentido muchas cosas muy bonitas y dificiles de olvidar. No va a ser la típica crónica sino el resumen de un cúmulo de sentimientos.
Pongamonos en situación a las 21 horas comenzaba el duelo del Eurobasket 2015 entre el equipo anfitrión Francia y la selección Española.
Territorio hostil y muchas cuentas pendientes entre un equipo en máximo momento de esplendor (Francia) y un equipo que vislumbra el ocaso de una generación de oro irrepetible (España).
Todo apuntaba a un partido que posiblemente se podían llevar los franceses facilmente con un público entregado, unos arbitros participes de la fiesta gala y un equipo español que con muchas dudas en su juego pero a base de garra y corazón se había plantado en las semifinales de este campeonato.
Desde el principio se ha visto un equipo español seguro con confianza, sin nada que perder, con unos jugadores que han sabido bailar al tempo de un partido lleno de presión y de un juego físico propio del perfil atlético del jugador tipo francés.
Hoy era el día de los grandes nombres… de los Parker, de los Batum, Diaw, Gobert, De Colo, Lauvergne… y por España de Pau, Rudy, el Chacho, Felipe, Niko Mirotic, Llull… el gran choque de trenes del baloncesto transpirenaico.
Tras una primera parte llena de alternancias en el marcador, al final Francia se ha ido por delante al descanso por un ajustado 33 a 32. Las espadas quedaban en todo lo alto para una segunda parte que se avecinaba intensa… pero nada comparable a lo que hemos vivido.
En la segunda parte Francia ha empezado a dominar el partido llegando a tener una ventaja de más de 10 puntos donde España rozaba el KO técnico por el dominio del juego francés y sobre todo por el acierto en el tiro.
Los nuestros han seguido empujando, creyendo y sacando la cabeza cuando cualquier otro equipo ante un rival como Francia, en su campeonato y con los jugadores que tiene el conjunto galo, hubiera doblegado la rodilla.
En el último cuarto ha continuado la incesante lucha entre ambos equipos con un Pau Gasol que seguía echando sobre su espalda el futuro de este equipo en el campeonato y en los juegos olímpicos.
A mediados de último cuarto algo ha empezado a cambiar, el juego español no ofrecía dudas y mostraba una defensa sólida y un ataque intenso que hacía daño al equipo de la marsellesa.
La presión de jugar su campeonato y ante su público empezaba a hacer mella en el equipo de los Parker, Batum y Diaw.
El partido y el juego español fluía hasta que un imperial Pau Gasol ha levantado a toda España con un mate de los que siempre le hemos demandado lleno de fuerza, potencia y alma.
España 1 abajo a falta de 3:08 para el final. Seguíamos vivo y los nuestros habían pasado de estar de rodillas a mirar cara a cara, frente a frente, ojos a ojos a los jugadores del equipo favorito.
En el siguiente ataque tras una buena defensa del equipo español, Pau volvió a recibir, encaró a Gobert y firmó un espectacular Skyhook digno del propio Kareem, seguramente enseñado por el propio Jabbar de la etapa angelina de Pau.
España 1 arriba a falta de 2:20… el impresionante Stade Pierre-Mauroy y sus más de 20.000 almas no daban crédito a lo que estaba pasando.
La lucha era encarnizada.
2 tiros libres de Batum y otra canasta del incombustible Pau llevaron al partidazo a un 63-64 que se mantuvo hasta los últimos segundos cuando un mágico Chacho Rodriguez con una penetración con la frialdad de un cirujano hacía que España se fuera tres arriba a falta de sólo 19 segundos.
Tiempo Muerto.
Francia con una jugada ensayada devuelve la igualdad al marcador con un triple estratosférico de Nico Batum… 66-66 con ataque de Pau final y posible falta en la penetración de Gobert.
Generalmente los equipos que suelen ir por delante en el tiempo reglamentario y posteriomente llega la prorroga suelen entrar en el tiempo extra con una cierta desventaja sicológica, pero hoy no era ese día de España.
Golpe del Chacho, respuesta de Diaw, golpe de Parker, respuesta de Llull… a nadie le tiembla el pulso…. 2 minutos cumplidos y empate a 70 en el electrónico.
Tiros libres anotados de Batum y tiros libres anotados de Rudy, antes Tony Parker había fallado dos lanzamientos desde esa linea, algo inaudito… seguimos nivelados a 72 pero una serie de jugadas rocambolescas acaban con un mate de Gobert y una falta a favor de Boris Diaw tras unos ataques imprecisos de España.
Diaw lanza para poner a Francia a 4 de ventaja a falta de 1:40, pero sólo anota uno de los 2, para poner al equipo francés tres arriba 75-72.
En el siguiente ataque y tras unas defensas al límite de lo legal, Gobert llega a su quinta falta y a su expulsión mandando a Pau a la linea de tiros libres.
2 más para nuestro lider…. que importante son los tiros libres en este deporte… España alcanza el 93 % (24-26) mientras que Francia se queda en el 59 % (10-17)… una diferencia que marcara el devenir de este partido.
A partir de aquí sólo puedo hablar de magia, de dos de los minutos más bonitos que me ha dado el baloncesto… 1 robo de Llull, 2 mates atómicos de Pau y tres tiros libres fallados por Batum, para acabar con un mate de leyenda de un jugador que no tiene parangón… de un futuro Hall of Fame, del emperador del baloncesto español, de la historia, del mito, de Pau Gasol.
Todo acababa y el equipo español se fundía en un abrazo mágico y eterno ante la afición francesa en el marco espectacular del mejor escenario posible de este Maracanazo de España en el Stade Pierre-Mauroy.
40 puntos, 11 rebotes, 3 tapones y 11 faltas recibidas para un total de un 51 de valoración de Pau Gasol, en una de las actuaciones más legendarias que se recuerdan en la competición Europea.
Es muy dificil hablar o definir a Pau… llegará el momento que tenga un hueco de privilegio en la serie de esta Web de Alienígenas del Siglo XXI, pero hoy quiero anticipar algo de lo que este hombre me ha hecho sentir con el baloncesto.
Pau es una de esas personas eternas que es capaz de producir y regalar felicidad a todo el que le rodea, simplemente siendo el mismo.
Hoy la leyenda de Pau ha seguido creciendo colocándole en el Olimpo de los mas grandes del baloncesto, porque un jugador puede ser muy bueno individualmente, pero si además es un lider que lleva a los suyos a ser mejores para ganar, estamos hablando de un ser muy especial, de un hombre probablemente único e irrepetible en nuestro deporte.
A veces pienso que si hubiera tenido que soñar a Pau para hacerle realidad, dificilmente lo habría hecho tan bueno… hoy me siento muy orgulloso de apoyar a este equipo y de poder disfrutar de un jugador que no debería acabarse nunca, debería ser infinito… pero por desgracia algún día sólo será un precioso recuerdo… de momento…
Tócala otra vez, Pau y transportanos de nuevo a tu universo de magia e ilusión.
IRREPETIBLE