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Kiki Vandeweghe el primer Maverick

Toda historia tiene una primera página y la de los Dallas Mavericks, se ve inevitablemente asociada a un jugador que, curiosamente, nunca fue jugador del equipo tejano, aunque sí que terminó formando parte, años más tarde, de su equipo técnico como entrenador asistente. Ese hombre es Kiki Vandeweghe, o Kiki VanDeWeghe.

Antes de comenzar a recordar la carrera del excelente jugador, quiero precisar que voy a utilizar el apellido con las mayúsculas, ya que en 2013 el propio Kiki pidió que se escribiera de esta forma en honor al recuerdo de su abuelo, que lo reproducía de esa forma. Cosas de familia.

Ernest Maurice VanDeWeghe III, Kiki en versión familiar, nació en Alemania, concretamente en Wiesbaden, debido al destino militar de su padre, Ernie Vandeweghe, que también fue jugador de la NBA en la década de los 50’s, concretamente de los New York Knicks.

Su madre fue Colleen Kay Hutchins, ganadora del concurso Miss América de 1952 y hermana del también jugador de la NBA y de los Pistons y de los Knicks, Mel Hutchins.

Con este árbol genealógico, parecía difícil que no se engendrase un futuro buen jugador de baloncesto y la genética, una vez más, no defraudó, creando un jugador de 203 centímetros que se terminó de perfeccionar en una incubadora del nivel de UCLA, donde perdió la final de la NCAA en 1980.

Tras esa decepción de caer en la final frente a Louisville por 59 a 54 y tras alcanzar su año senior en UCLA, Kiki puso rumbo a la NBA, donde se sabía que iba a ser una elección alta del Draft, pero no se conocía el destino de un jugador que ya tenía el cartel de excelente anotador.

Kiki con UCLA defendido por Orlando Woolridge

El deseo de Kiki VanDeWeghe era jugar, como su padre y su tío, en los New York Knicks que tenían la elección número 12, pero el destino le jugó una mala pasada.

Los Dallas Mavericks le eligieron justo en la posición anterior, la undécima, y se hicieron con sus derechos en la NBA.

A día de hoy, los Dallas Mavericks de Mark Cuban con su Título de 2011 en sus vitrinas, una afición muy consolidada y el legado de jugadores como Rolando Blackman, Mark Aguirre, Jason Kidd, Dirk Nowitzki o, en la actualidad, Luka Doncic, parece un destino atractivo para cualquier jugador, pero en 1980 las cosas eran muy distintas.

Eran tan diferentes como que el equipo se acaba de fundar en 1980 y que el propio Kiki VanDeWeghe fue el primer jugador elegido en la historia del Draft por parte de los Dallas Mavericks.

El hecho de recalar en un equipo «recién nacido» implica que se llega a la nada, a un conjunto de jugadores elegidos por un draft de expansión, donde los equipos de la NBA ceden a sus descartes, más lo que se pueda contratar en la agencia libre y los jugadores que lleguen del Draft.

Con ese panorama y con 22 años cumplidos, Kiki VanDeWeghe, se negó directamente a jugar para los Mavericks con lo que se dio una circunstancia realmente compleja, ya que el primer jugador franquicia de la historia de un equipo, no quería ponerse la camiseta de esa franquicia.

El que pudo ser el primer Nowitzki, incluso por estilo de juego, salvando las distancias de la altura, se plantó a lo Ben Simmons y pidió un traspaso a otro equipo.

En Dallas, la situación se vivió como una auténtica afrenta personal, que hizo que, a partir de ese momento y durante toda su carrera profesional, siempre fuera abucheado en los partidos jugados contra los Mavericks.

VanDeWeghe con los Denver Nuggets

Finalmente, los Mavs le traspasaron a los Denver Nuggets y la operación se cerró con buena fortuna para el equipo de texas, ya que consiguieron un par de rondas del Draft que terminaron llevando al equipo a Rolando Blackman en el Draft de 1981 y a Kelvin Ransey en la temporada 1982-1983, tras una serie de traspasos de una primera ronda del draft de 1985.

Kiki VanDeWeghe era muy del gusto de la afición tejana, pero la búsqueda del éxito deportivo, le hizo desvincularse del futuro de los Mavericks, aunque en los Denver Nuggets tampoco le fue mucho mejor, al menos, en lo colectivo.

Se incorporó a los Nuggets en diciembre de 1982, con la liga ya comenzada y coincidió con un grupo de anotadores compulsivos del nivel de Alex English, David Thompson y Dan Issel.

Estas tres estrellas promediaron más de 20 puntos por partido y los Nuggets se convirtieron en el equipo máximo anotador en promedio de la liga, pero también el segundo que más puntos recibía, lo cual hizo que los de Colorado ni se clasificaran para Playoffs.

Los problemas con las drogas de David Thompson, ayudaron a que Kiki ganara en minutos y en protagonismo en el equipo, pero el problema de equilibrio seguía existiendo. Por mucho que anote tu equipo si no defiende nadie, el resultado siempre será malo.

Aquellos Nuggets fueron uno de los mejores equipos ofensivos de la historia de la NBA y protagonizaron algunos de los partidos de mayor anotación de todos los tiempos.

Alex English, Dan Issel, Kiki VanDeWeghe (arriba), T.R. Dunn y Rob Williams

No ganaron nada, pero fueron uno de los equipos más atractivos de ver de la década de los 80’s.

Kiki VanDeWeghe se reveló como uno de los máximos anotadores de la NBA y consiguió ser nombrado dos veces All Star, en las temporadas 1982-1983 y 1983-1984, años en los que promedió 26.7 y 29.4 puntos por partido respectivamente.

Indudablemente, aquellos años en Denver le sirvieron para tener el cartel de ser un anotador compulsivo, con una cantidad ingente de recursos ofensivos, buen tiro de media y larga distancia, penetración al aro, juego debajo del aro e incluso un gran tiro de tres puntos que le llevaría en su siguiente etapa en Portland, a ser el mejor lanzador de la liga desde esa distancia en la temporada 1986-1987, con un 48,1 % de acierto.

Precisamente, esa segunda etapa en la NBA, fue una de las de mayor controversia para Kiki, ya que los Blazers tiraron la casa por la ventana para poder ficharlo, metiendo en el traspaso a Wayne Cooper, Fat Lever y Calvin Natt, más una segunda ronda del Draft de 1984, en la que se eligió a Willie White y una primera ronda de 1985 en la que seleccionó a Blair Rasmussen.

En Oregon siempre se dudó de la pertinencia de la operación y de si se había puesto sobre la mesa demasiados jugadores y rondas del draft por un jugador que era una «máquina de anotar» según le definió su propio entrenador Mike Schuler, pero que dejaba mucho que desear defensivamente hablando.

El resultado fue que Kiki VanDeWeghe se convirtió en la referencia ofensiva de los Portland Trail Blazers durante varias temporadas, mientras que a su sombra crecía un joven escolta llamado clyde Drexler, que se iría haciendo poco a poco con las riendas del equipo.

Kiki con los Portland Trail Blazers

En esos años, Kiki mejoró mucho su tiro de tres puntos y perfeccionó el famoso «Kiki move», un movimiento marca de la casa, que le proporcionó una gran cantidad de puntos a lo largo de su carrera.

La jugada consistía en dar un primer paso hacia canasta para luego dar un segundo paso hacia atrás o hacia un lado, a modo del clásico «step back», que le servía para ganar la distancia y el tiempo necesario para ejecutar un tiro cómodo a media distancia.

Pocos jugadores en la historia de la NBA, han llegado a ser merecedores a tener un tipo de jugada con su nombre como firma, lo cual demuestra la inmensa calidad de un jugador que no tuvo suerte en los equipos en los que jugó a lo largo de su carrera.

En su etapa final en Portland, los problemas en la espalda condicionaron su juego en los Blazers y terminó siendo traspasado a mitad de temporada 1988-1989 al destino que siempre deseó, los New York Knicks.

En la Gran Manzana permaneció tres temporadas y media, pero tan solo en el curso 1990-91, pudo jugar a su nivel deportivo, sin la merma producida por las diferentes lesiones que estaban marcando el final de su carrera.

Kiki VanDeWeghe con los Knicks

Finalmente, los Knicks decidieron cortarle en 1992 y Kiki emprendió camino hacia su último destino en la NBA, los Clippers en la temporada 1992-1993.

En cierta forma, aquel paso hacia California era volver a los orígenes y al éxito que consiguió en su etapa en UCLA ya que, evidentemente, Los Angeles Clippers, no eran el destino más idóneo para retirarse ganando un anillo de la NBA, pero Kiki quiso poner fin en su carrera en un lugar familiar.

Kiki VanDeWeghe se retiró con un promedio de 19.7 puntos, 3.4 rebotes y 2.1 asistencias por partido y dejando el recuerdo de ser uno de los grandes anotadores de la historia de la NBA, aunque solamente disputó un total de 810 partidos.

No alcanzó nunca el gran éxito deportivo de acercarse a un anillo, pero es justo recordar que disputó los playoffs en 12 de sus 13 temporadas como profesional en la NBA.

Probablemente, la decisión de no jugar y liderar a los Dallas Mavericks, marcó para siempre su carrera, no por los abucheos que recibió continuamente durante los 13 años que visitó al equipo tejano, si no porque pudo pasar a la historia como el primer jugador franquicia de un equipo de la NBA y donde, probablemente, podría haber tenido incluso un mayor protagonismo ofensivo.

Aun así, siempre nos quedará el inolvidable Kiki move, que a día de hoy hacen tantos jugadores en la NBA.

 

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