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Cómo Michael Jordan se convirtió en Air Jordan

Cuando Michael Jordan llegó a la NBA, Nike era ya una marca con mucha presencia en las canchas. Demasiada presencia, según el departamento financiero de Nike. 120 jugadores NBA cobraban por llevar zapatillas Nike, casi la mitad de la liga, aunque el mejor quinteto estaba formado por cuatro Converse y una adidas; Magic Johnson, Larry Bird, Bernard King y Isiah Thomas y Kareem. Ninguno de los 120 jugadores Nike estaba entre los mejores.  

Nike debía cambiar de estrategia, buscar nuevos jugadores que funcionaran como verdaderas estrellas y en esa discusión aparecieron los nombres de Patrick Ewing, Charles Barkley…y Michael Jordan. Nike tenía una conexión con Michael, George Raveling, un entrenador universitario asociado a la marca que formó parte del staff de la selección estadounidense de baloncesto de Los Angeles 1984.

Muy respetado tanto por su trabajo como por su lucha por los derechos civiles, Raveling tenía gran ascendencia en los jóvenes universitarios. Cuando treinta años después preguntaron a Michael Jordan quién era el verdadero responsable de su fichaje por Nike solo dio el nombre de George Raveling. En realidad, Michael estaba respondiendo a Sonny Vaccaro, un agente deportivo considerado el padre de los contratos de zapatillas que se había propuesto como único responsable del fichaje. Vaccaro, después de muchos años trabajando para Nike cambió de bando y ya en adidas fichó para la marca a Tracy McGrady y Kobe Bryant.

No era habitual ver a Michael Jordan con Nike. Aunque en el instituto había jugado con Nike en alguna ocasión, en la universidad de North Carolina le obligaban a jugar con Converse y él en realidad prefería adidas.

Esa era su primera opción, pero adidas ya tenía a Kareem Abdul-Jabbar como primera opción publicitaria. Estaba dispuesta a apostar por Michael, pero no podía ofrecerle a un novato un status más alto del que ya tenía Kareem.

Converse era la segunda opción; la estrategia de la marca de la estrella era crear un grupo con los mejores jugadores. Michael Jordan podría asociar su nombre con Magic, Larry Bird, Bernard King, Aguirre, McHale o Isiah Thomas, pero no sería más que el recién llegado a la banda de las superestrellas. La marca que más dinero ofrecía era Spot-Bilt, la división de baloncesto de Saucony, que le ofrecía dinero a cambio de llevar una zapatilla genérica.

La primera Air Jordan

La lucha de Nike no era el dinero sino la imagen, ofrecía a Michael una zapatilla con su propio nombre, debía convertir a Michael Jordan en Air Jordan.  

No era algo demasiado nuevo, en la lista de jugadores con signatures (zapatillas con el nombre de un jugador) estaban Walt Frazier, Kareem Abdul-Jabbar, Bob McAdoo y sobre todo el ídolo de Michael, David Thompson. Nike ofrecía algo más, un contrato con royalties, acciones y sobre todo, una línea completa de zapatillas y ropa. Eso era lo verdaderamente revolucionario, utilizar en el baloncesto las estrategias que se seguían en deportes individuales como el golf o el tenis.

La idea era de Nike, pero algo tuvo que ver David Falk, el agente de Michael que tenía cierta tendencia a conseguir signatures para sus representados. Ya lo había conseguido la temporada anterior con James Worthy y sus zapatillas New Balance y lo volvería a hacer con Patrick Ewing y adidas.

Nike preparó una presentación con su agencia publicitaria, el diseñador Peter Moore creó un primer logotipo en el vuelo de vuelta y un prototipo de lo que serían sus zapatillas tomando detalles de modelos anteriores. Aquella Air Jordan se crearía en dos combinaciones de blanco, rojo y negro, una para los partidos como local y otra como visitante. Moore al mismo tiempo diseñaba las colecciones para John McEnroe y Severiano Ballesteros, lo que le sirvió para llevar muchas de las ideas habituales de los deportes individuales.   

El día del draft Michael Jordan vio cómo Rockets y Blazers, las dos primeras elecciones del draft, pasaban por alto su nombre. En las zapatillas ocurría algo similar, las dos primeras opciones, adidas y Converse, hacían ofertas muy por debajo de lo esperado. Su primera opción, adidas, ni llegó a reunirse con él y propuso un contrato básico.

Michael no parecía muy ilusionado con Nike, pero era la única opción seria. Ni siquiera le gustaban los colores de los Bulls en sus zapatillas, que por otra parte tampoco suponían un gran avance en cuanto a diseño. Justo cuando Nike tenía que despedir al 10% de sus trabajadores, se embarcaban en su mayor contrato de patrocinio, 2.5 millones por cinco años.

La multa a Jordan

Mientras Nike producía la primera Air Jordan, Michael jugaba con prototipos que intentaban mantener un estilo visual parecido, sin saber que existía una regla de uniformidad en la NBA que obligaba a que todos los jugadores llevaran zapatillas que en su mayor parte fueran del mismo color.

Michael fue advertido de que volver a jugar con zapatillas negras le causaría una multa de 5.000 dólares, suficiente para iniciar una campaña en la que el público entendía que las zapatillas de Michael eran un modelo prohibido. En la batalla entre Nike y la NBA la visibilidad favorecía a las dos partes.

La NBA presentaba a su nueva estrella y Nike conseguía crear una auténtica histeria por su producto. El comisionado NBA David Stern llegó a decir que se ganó la reprimenda de su hijo, que no entendía cómo podía prohibir unas zapatillas.

Aquellas zapatillas prohibidas solo volverían a pisar las canchas de la NBA durante el concurso de mates del All Star, un momento en el que las normas se relajan. El resto de temporada Michael Jordan jugó con una versión aprobada por la NBA.

Cuando llegaron las primeras Air Jordan en abril de 1985 la expectación estaba al nivel del juego de Michael. Había colas en las tiendas, en tres meses consiguió superar los objetivos de un año y se robaban los carteles publicitarios.

El contrato con Michael Jordan tenía una cláusula según la cual si su línea no superaba los cuatro millones en ventas antes del tercer año, podría cancelarse. En los dos primeros meses consiguió 70 millones de dólares.

Fue el inicio de una historia que terminó en la creación de una marca propia, Jordan Brand con el Jumpman como imagen una familia formada por nombres como Carmelo Anthony, Chris Paul, Derek Jeter, Eddie Jones, además de convertirse en la marca de los Charlotte Hornets.

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