Lloyd Daniels… el Ángel caído
Cuando un jugador es reconocido como el mayor talento de baloncesto de una ciudad como Nueva York desde el mismísimo Kareem Abdul Jabbar, quiere decir que estamos ante un jugador muy especial, de otro nivel. Ese hombre fue Lloyd Daniels, del que se llegó a decir que podría ser el próximo Magic Johnson con un nivel de tiro de larga distanciada mejorado, pero el apodado como Sweet Pea nunca llegó a alcanzar ese nivel.
Una vez más la extraordinaria calidad deportiva de un jugador, fue fagocitada por un estilo de vida inadecuado.
El entorno de Daniels era todo lo contrario a lo que necesitaba en su desarrollo personal y deportivo. Sus problemas educativos le llevaron a pasar por cinco escuelas secundarias en tres estados diferentes. De hecho, su nivel de lectura comprensiva estuvo siempre muy por debajo de su edad.
La cuestión una vez más es que jugaba muy bien al baloncesto y su entorno le intentó procurar un camino fácil hacia el baloncesto profesional, descuidando la importancia de una buena educación académica.
Al final los problemas personales influyen ineludiblemente en lo deportivo y sus carencias educativas junto a su tendencia a meterse en problemas, le llevó al fracaso sin incluso haber llegado a comenzar su carrera.
El comienzo de su declive llegó tras su vinculación a la Universidad de Nevada, Las vegas, (UNLV) de la mano del controvertido Jerry Tarkanian. Le ofrecieron pasar previamente por el Mt. San Antonio College, un centro especializado en ayudar a mejorar los resultados académicos pero su estancia fue finalmente muy breve, ya que fue expulsado tras ser descubierto por un policía encubierto en una operación antidroga.
Lloyd Daniels fue arrestado por intentar comprar crack a ese policía de incógnito.
Tras la detención la propia UNLV le dio la espalda y nunca llegó a debutar ni en la NCAA.
A partir de ahí comenzó el periplo por el mundo del baloncesto de un gran talento deportivo sin apenas preparación personal.
Su falta de valores y de un entorno adecuado, le llevaron a pasar tres veces por distintos programas antidrogas, recayendo una y otra vez.
Durante sus seis primeros años como profesional jugó en varias ligas menores americanas e incluso voló hasta Nueva Zelanda para jugar al baloncesto. En esa etapa tuvo problemas con la bebida e incluso sobrevivió a un tiroteo donde recibió tres disparos que estuvieron a punto de acabar con su carrera. Uno de esos disparos le alcanzó el hombro pero pudo seguir en activo.
Su halo de jugador de gran talento era conocido por varios equipos de la NBA, pero fueron los San Antonio Spurs de un viejo conocido amante de su juego, los que intentaron sacar de él el gran jugador que llevaba dentro.
Ese hombre clave fue Jerry Tarkanian, que tras la etapa de UNLV, entrenó a los San Antonio Spurs pero tan sólo durante los 20 primeros partidos de aquella temporada 1992-1993, ya que fue despedido de forma repentina por desacuerdos con Red McCombs, el propietario de los Spurs.
En esos partidos con Tarkanian, Lloyd Daniels promedió 14.5 puntos, 3.1 rebotes y 3.8 asistencias. Después del despido de Tarkanian, el rendimiento de Daniels no volvió a ser el mismo.
Tras la etapa de los Spurs, Daniels intercaló periodos en ligas menores norteamericanas, con etapas en el baloncesto europeo( AEK, Limoges,Scavolini…) e incluso de nuevo en la NBA, donde llegó a jugar con otros cinco equipos más (Lakers, 76ers, Raptors, Knicks y Nets).
En total desde 1987 hasta 2006, pasó por 30 equipos distintos, lo cual implica más de un equipo por temporada.
Su indudable talento deportivo, especialmente ofensivo, no sirvió para ocultar la volatilidad de una personalidad indisciplinada y alejada de la responsabilidad requerida a un deportista profesional.
Esta actitud le llevó finalmente a ser rechazado por los equipos de la NBA, aunque hasta seis de ellos intentaron sacar de él, el gran jugador que llevaba dentro, lo cual nunca llegó a ocurrir.
Lo único que se esperaba de Daniels es que su mala vida le llevara a morir joven por sus problemas crónicos con las drogas y el alcohol.
Lamentablemente a Lloyd Daniels le faltó algo más que suerte, ya que a pesar de su gran talento para jugar al baloncesto nunca llegó a tener un entorno adecuado que le protegiera para ser un profesional de este deporte.
En ocasiones, ni el talento es capaz de superar a la falta de disciplina y esfuerzo. Este fue el caso de Sweet pea.