Bill Russell, el Rey del séptimo partido de la NBA
Bill Russell es uno de los jugadores más especiales y determinantes de la historia de la NBA. Su inspirador legado, es tan abrumador como sus datos estadísticos en la liga estadounidense, entre los que destaca, sin duda ninguna, el hecho de ser el jugador que más Títulos ha conquistado de la NBA, con un total de 11. Para ello, Russell tuvo que llevar a la máxima expresión, su capacidad de liderazgo y, sobre todo, convertirse en el indiscutible Rey del séptimo partido de la NBA.
Ya de por sí, sus 11 campeonatos logrados en tan solo 13 años de carrera profesional, le encumbran como un jugador letal en el tiempo de playoffs, pero Bill Russell tiene un record todavía más descriptivo de su ADN ganador.
El pivot de los Celtics acabó su carrera invicto en cuanto a séptimos partidos se refiere ya que, de los 10 séptimos partidos que disputó, se llevó la victoria en todos y cada uno de ellos.
Es importante recordar que, en la época de Russell, todavía no todas las rondas de playoffs se jugaban a 7 partidos, por lo que probablemente las cifras del pívot podrían ser mejores, ya que ganó otros muchos partidos decisivos a lo largo de su carrera, porque llegó a las Finales de la NBA, en 11 de las 12 ocasiones que jugó los playoffs.
El mérito es todavía mayor cuando se descubre que de los 10 séptimos partidos disputados, 5 fueron en las Finales de la NBA, es decir, jugándose el Título de la NBA a vida o muerte. Este dato puede ponerse todavía más en valor, mostrando que de esas 5 Finales y 5 victorias, 2 de ellas fueron jugando de visitante.
Debido a este nivel de juego en las Finales de la NBA y los títulos conseguidos, el premio a MVP de las Finales lleva el nombre de Bill Russell.
De cualquier forma, para ser considerado el Rey del séptimo partido de la NBA, es necesario compararle con otras de las mayores estrellas de la competición (y con Robert Horry).
Este baremo le lleva a una condición de ser inapelablemente el mejor de todos los tiempos en este aspecto, ya que la comparación de sus resultados es simplemente abrumadora respecto a la de otros de los más grandes.
Para comenzar, vamos a analizar los datos del que para la gran mayoría de los aficionados es el mejor jugador de todos los tiempos.
MICHAEL JORDAN
His Airness finalizó su carrera invicto en las Finales de la NBA con un balance de 6 de 6, mientras que Russell consiguió un balance de 11 victorias en 12 Finales, aunque hay que recordar que en la que perdió en 1958, Russell no pudo disputar todos los partidos frente a los Hawks de un inconmensurable Bob Pettit.
En cuanto a la cifras de Jordan, de los 179 partidos que disputó en los Playoffs de la NBA, tan solo 3 fueron séptimos partidos, con un balance de dos victorias y una derrota. Ninguno de ellos fue en las Finales de la NBA.
MAGIC JOHNSON
El primer base «unicornio» de la NBA jugó 190 partidos en los Playoffs de la NBA, a pesar de su repentina retirada de la NBA con apenas 31 años, tras contraer el VIH.
De cualquier forma, Magic jugó cuatro séptimos partidos, de los cuales consiguió 3 victorias por 1 sola derrota.
En cuanto a su relación con las Finales de la NBA, de los 4 partidos, 2 de ellos fueron en las Finales, siendo el balance del 50%. Una victoria frente a los Bad Boys de Isiah Thomas y una derrota frente a los Celtics de Larry Bird.
Curiosamente, Thomas empezó siendo amigo y acabo siendo enemigo de Johnson, mientras que con Bird vivió la situación contraria.
KAREEM ABDUL JABBAR
Kareem es uno de los jugadores más longevos de la historia de la NBA. Durante su prolongada carrera, llegó a disputar un total de 237 partidos de playoffs. De estos, 6 fueron séptimos partidos de la NBA, con un balance positivo de cuatro victorias por dos derrotas.
Sin embargo, el balance en séptimos partidos se torna en negativo en el caso de Kareem, cuando se analizan sus resultados en la Finales ya que únicamente consiguió 1 victoria, frente a 2 derrotas.
La victoria llegó frente a los Pistons, mientras que las derrotas fueron frente a los Celtics, primero en 1974 cuando todavía jugaba en los Milwaukee Bucks y, por último, en 1984 siendo ya parte de los Lakers del Showtime.