Curiosidades e historiasNBARelatos

La premonición prohibida de Jordan y Drexler

La historia de la NBA se nutre, básicamente, de los acontecimientos que han tenido lugar de forma efectiva pero, también, de los que pudieron pasar y no llegaron a ocurrir. Esa categoría de hechos no consumados que pudieron cambiar el devenir de los acontecimientos, es llamada comúnmente los «What if», y si hay un Rey dentro de la misma, es es sin lugar a duda Michael Jordan.

His Airness siempre ha sido objeto de múltiples conjeturas sobre lo que podría haber pasado si en su camino en la NBA, se hubieran producido una serie de acontecimientos u otros.

Lo cierto es que lo que pasó es inamovible, pero es curioso pensar lo que podría haber pasado si los hechos hubieran sucedido de otra manera o, si nos encontráramos, en una especie de multiverso a lo Marvel en el que las realidades fueran distintas según lo potencialmente sucedido.

Además, en este caso, hay un elemento diferencial a los típicos «What if», y ese es la opinión de un personaje que se aventuró a decir algo sobre el futuro y que fue reprendido por precisamente dar esa opinión.

Para explicar mejor lo que acabo de relatar, tenemos que viajar a las semanas previas al histórico Draft de la NBA de 1984, aquel que es inevitablemente recordado por ser el que llevó a Michael Jordan a la NBA.

Obviamente y contextualizando los hechos en aquel momento, nadie podía suponer que Michael Jordan se terminaría convirtiendo en el jugador que, para muchos, es el mejor de la historia. No descubro nada diciendo que si se hubiera conocido el nivel que terminó alcanzando, habría sido el número 1 del Draft.

La realidad es que el primer equipo en elegir en 1984 eran los Houston Rockets y, a pesar de ya contar con Ralph Sampson, el número 1 del Draft anterior, decidieron apostar por otro pivot, Hakeem (Akeem) Olajuwon.

Hakeem Olajuwon y Ralph Sampson

Sobre el papel, tener un pívot de 224 centímetros como Sampson, elegido Rookie del año de 1984 tras promediar 21 puntos, 11.1 rebotes y 2.4 tapones y volver a elegir a otro pivot al año siguiente, puede parecer un poco extraño pero la realidad era distinta.

El gigante Ralph Sampson era inevitablemente un pivot por su altura, pero su estilo de juego era diferente del rol de los jugadores interiores de aquella época y disfrutaba más jugando de forma alejada del aro, tal y como él mismo manifestó, en múltiples ocasiones.

Si a este hecho le sumamos que en el Draft estaba disponible el pivot más dominante de los últimos años en la NCAA, los Rockets decidieron apostar por un valor seguro como Olajuwon, lo cual no fue una elección errónea visto el resultado final de dos Títulos para la franquicia en 1994 y 1995. Además, así nacieron las «Torres Gemelas» originales, pero eso es otra historia.

Es importante recordar nuevamente, que aquella NBA, no era la NBA de la actualidad del triple y del «small ball» ya que, en aquel momento, seguía existiendo la cultura del jugador interior dominante que ganaba Títulos a lo Bill Russell, Wilt Chamberlain, Kareem Abdul Jabbar, Moses Malone o Bill Walton.

Precisamente este último, a pesar de sus múltiples lesiones fue clave en la siguiente elección del Draft de 1984 y en el origen de toda esta historia.

El equipo que tenía la segunda elección del Draft eran los Portland Trail Blazers, un equipo que contaba con la experiencia del éxito de haber seleccionado en el Draft a un pivot dominante como Bill Walton y ganar un Título en 1977.

Bill Walton junto al entrenador Jack Ramsay de los Blazers

Los Blazers contaban con un juego exterior solvente en la temporada 1983-1984 con las figuras de Calvin Natt (16.2 puntos por partido), Jim Paxson (21.3 puntos por partido), Fat Lever (9.7 puntos por partido) y un joven y atlético rookie llamado Clyde Drexler (7.7 puntos por partido).

Además, el juego interior de los de Oregon los conformaban Wayne Cooper y Mychal Thompson, dos jugadores interiores relativamente pequeños ya que los dos rondaban los 208 centímetros.

Con estos antecedentes, los Blazers decidieron apostar por un pivot dominante de 216 centímetros como Sam Bowie, que se había movido en el doble doble de puntos y rebotes en sus años universitarios en la Universidad de Kentucky, aunque ya se había mostrado excesivamente frágil por las lesiones.

La apuesta era razonable porque nadie pensaba que Michael Jordan sería lo que terminaría siendo y, además, los Blazers no le necesitaban porque tenían jugadores exteriores muy solventes e incluso una joven promesa, como Clyde Drexler, de un estilo de juego atlético parecido al del propio Jordan.

Posteriormente, los Chicago Bulls eligieron a Michael Jordan, aunque el General Manager de aquel momento Rod Thorn incluso vino a decir que ante la imposibilidad de elegir un pivot de 7 pies (213 centímetros) la mejor alternativa era Jordan, aunque tampoco era un jugador excesivamente ofensivo.

Rod Thorn y Michael Jordan firmando el contrato con los Bulls

Esto también puede sonar muy raro con la información que manejamos actualmente, pero hay que recordar que Michael Jordan apenas alcanzó una temporada los 20 puntos de promedio por partido, en las tres temporadas que pasó en los Tar Heels de North Carolina.

Hasta aquí la historia más o menos oficial de lo que aconteció en aquel Draft de 1984, pero sucedieron hechos que no han sido conocidos hasta hace relativamente poco tiempo y que son especialmente curiosos a la hora de valorar la decisión de los Blazers, la más controvertida de aquel Draft.

Esos nuevos y sorprendentes hechos, los comentó Clyde Drexler en una entrevista personal con el yotuber Dom2K, en la que contó que sí que hubo una persona que fue capaz de ver la importancia que podría haber tenido Michael Jordan en los Portland Trail Blazers.

Esa persona fue Mychal Thompson, el número 1 del Draft de 1978 y pivot titular de los Blazers de aquel momento y que también es especialmente conocido en la actualidad por ser el padre de Klay Thompson.

Mychal Thompson el número 1 del draft de 1978

Drexler contó que Mychal Thompson, una de las mayores estrellas del equipo en aquel momento, le dijo lo siguiente a la cúpula de los Blazers:

«Si elegían a Michael y hacían que Jordan y Drexler jugaran juntos, dominarían esta liga durante los próximos 10 o 15 años»

Thompson ya había compartido equipo durante un año con Clyde Drexler y recomendó a Stu Inman, el General Manager que eligiera a Jordan para combinarlos, pero en vez de hacerle caso, le dijo que si decía eso en los medios, la franquicia le multaría.

A estas sorprendentes declaraciones, Drexler añadió de su posible combinación en el juego con Jordan:

«La cuestión es que ambos podríamos jugar dos o tres posiciones, por lo que podríamos haber encontrado lugares para jugar juntos. No hay duda al respecto.»

«Era así de obvio para cualquiera que supiera algo sobre baloncesto, excepto las personas que reclutaron. Pero hubiera sido genial. Habríamos tenido mucho éxito»

Lógicamente, nunca sabremos como podría haber funcionado ese dúo de tan alto nivel pero, lo que seguro que sabemos es que, calidad, talento y, sobre todo, mucho juego aéreo, no le habría faltado.

La cuestión es cómo se conjugan los talentos y también las personalidades y los estilos de juego ya que, a día de hoy, hemos visto como han fracasado algunos Big Three que esperaban dominar el juego y crear dinastías y se han quedado en auténticos fiascos.

Quizás una de las claves para que los jugadores encajen bien puede ser que se unan cuando todavía son jóvenes y no tengan esa necesidad de brillar con luz propia.

Foto montaje de Jordan y Drexler con la camiseta de los Blazers

Sea como sea habría sido bonito ver la imagen de Jordan y Drexler con la camiseta de los Blazers pero, seguramente, ni aquel Michael Jordan sería el Jordan que hemos conocido de los Bulls, ni aquel Drexler terminaría siendo la super estrella que brilló con luz propia en la franquicia de Oregon.

La realidad es que Jordan fue una estrella desde el primer día que pisó en el Chicago Stadium y empezó a deslumbrar al mundo del baloncesto, pero la evolución de Drexler fue más lenta y tardía.

Sin embargo, tanto el propio Drexler, como Mychal Thompson piensan que aquella combinación podría haber sido una fórmula de gran éxito… ¿tú que crees?

 

Si quieres leer más historias como esta, te recomendamos los libros de «Curiosidades e historias de las 1000 y una noches de la NBA»

 

Comenta el artículo!! Dinos lo que piensas!Cancelar respuesta

Salir de la versión móvil