Priest Lauderdale, de gigante de la NBA a modelo
El Draft de 1996 es considerado uno de los mejores de la historia. Llevó a la NBA a jugadores históricos en lo deportivo como Allen Iverson, Stephon Marbury, Ray Allen, Kobe Bryant o Steve Nash, pero también a jugadores que pasaron a la historia de la competición por otros motivos bien distintos. Este es el caso de Priest Lauderdale, uno de los jugadores más altos de la historia de la NBA, con sus 224 centímetros de altura.
El jugador nacido en el South Side de Chicago, probablemente sea uno de los personajes más desconocidos de los Gigantes de más de 220 centímetros de la NBA, ya que no llegó a alcanzar un gran nivel de relevancia ni en lo deportivo, ni en lo mediático, como sí que hicieron otros jugadores de sus excepcionales características físicas, lo cual no es óbice para que Lauderdale no guarde una historia curiosa que relatar.
Su nombre Priest, muy poco común, fue elegido por su madre por el protagonista de una película de 1972… Superfly, la cual tuvo un remake en 2018. Priest se traduce al español como sacerdote, pero el origen del nombre no tiene nada que ver con motivos religiosos, sino que era el nombre que la novia daba al protagonista de la película, un traficante de drogas setentero de Harlem. Imagino que su madre, Vickie, le encontraría sus motivos, pero ciertamente es un nombre raro con una historia poco común, ya que al final y al cabo, le estaba poniendo a su hijo el nombre de un traficante de drogas. Eso sí, del celuloide y con mucho carisma.
Como en otros casos de los gigantes de la historia de la NBA, la llegada de Priest Lauderdale, no fue vocacional precisamente
A Priest nunca le interesó realmente el baloncesto, hasta que con 18 años vio una oportunidad en él para salir de la calle y poder ayudar a su madre. Eran una familia con grandes dificultades económicas, de hecho, esas carencias monetarias le llevaron a abandonar el baloncesto universitario para irse jugar al baloncesto profesional griego, concretamente al Peristeri Nikas.
Allí cuajó unos números muy interesantes con 17.1 puntos y 11.2 rebotes por partido, que hicieron de él un jugador muy interesante para el Draft de 1996, ya que podía ser un potencial robo en una camada de jugadores de gran talento.
Finalmente fue elegido en la posición 28ª del draft de 1996 por los Atlanta Hawks, que habían conseguido ese pick gracias a un intercambio previo con los Supersonics.
En aquel momento se dijo que el General Manager de los Chicago Bulls, Jerry Krause, se llevó un tremendo enfado al ver la elección de lo Hawks, ya que Lauderdale (natural de Chicago) era su elección para aquel Draft en el que elegían en la posición 29ª. Krause siempre desmintió esa información, aunque ya se sabe que con alguien como él y con su trabajo todo eran medias verdades o medias mentiras y si no que se lo pregunten a Scottie Pippen.
Seguramente la historia de Lauderdale hubiera sido muy distinta si hubiera recalado en los Chicago Bulls de 1997, el futuro Campeón de esa misma temporada y de la siguiente de la mano de Michael Jordan.
La etapa en Atlanta fue muy breve, ya que tras sólo 35 partidos en una única temporada concluyó con la eliminación en los Playoffs de 1997, precisamente por los Chicago Bulls.
Durante su temporada rookie en los Hawks, se le consideró como un buen posible sustituto desde el banquillo para Dikembe Mutombo, pero no fraguó en ese rol, a pesar de que el propio Dikembe habló de él como de un jugador con muchas posibilidades, siempre y cuando mejorara su defensa.
La confianza de Mutombo, no la mantuvieron los Hawks que traspasaron al final de temporada al pivot de 224 centímetros a los Denver Nuggets, a cambio del griego Rentzias y de una segunda ronda del Draft del año 2000.
Tras otro año fallido en Denver donde jugó 39 partidos promediando 3.7 puntos y 2.6 rebotes por partido, su carrera en la NBA llegó a su fin de forma prematura. En las dos temporadas que pasó en la liga estadounidense apenas disputó 74 partidos y nunca llegó a superar los 3 tapones en un solo partido, lo cual es bastante sorprendente para un jugador de su altura.
A partir de ahí comenzó su periplo por equipos de ligas menores de Estados Unidos como los Grand Rapid Hoops o los Fort Wayne Fury sin gran éxito, hasta que decidió dar el salto al baloncesto FIBA.
Su primer destino fue el Real Madrid, donde llegó a firmar un contrato, pero nunca llegó a jugar por no superar las pruebas físicas.
Tras el fracaso en la liga ACB en 2001,pasó por Venezuela, Chipre y Bulgaria, donde alcanzó un buen nivel consistente de juego y pasó tres temporadas consecutivas jugando en el Lukoil Academic. Allí ganó varias ligas y copas búlgaras y terminó obteniendo en 2004 la nacionalidad búlgara. En esa misma etapa se llegó a enfrentar con el Academic al Real Madrid en la Copa ULEB.
Tras esa primera etapa en el país del sureste de Europa, siguió su viaje por el mundo del baloncesto (nunca mejor dicho) y jugó en las ligas China, Filipina, Iraquí, Iraní, Libanesa, de Emiratos Arabes y de Arabia Saudí… casi nada.
En 2011 se terminó retirando del baloncesto profesional y en la actualidad trabaja entre otras cosas como modelo… alto, en una Agencia exclusiva de modelos de gran altura (Tall Models) donde figura su curriculum como jugador de baloncesto y fotos de este porte.
Priest Lauderdale vivió el baloncesto como una forma de ganarse la vida y, probablemente, ese concepto del baloncesto como trabajo, fue lo que le hizo no llegar a ser el jugador que la naturaleza le otorgó poder haber sido.