La mejor jugada de Greg Ostertag
La figura deportiva de Greg Ostertag será recordada por ser el pivot que acompañó a las leyendas Karl Malone y John Stockton en la lucha por vencer en las Finales de la NBA de 1997 y 1998. Aquellas históricas citas, como ya es sabido, acabaron de una forma que parecía irremediable, con dos Títulos más para los todopoderosos Chicago Bulls de Michael Jordan.
Ostertag fue un pivot de corte tosco, o dicho de forma más amable, no fue el jugador con más fundamentos que ha pisado una pintura en la historia de la NBA. De hecho, fue un estilo de pivot un tanto extemporáneo, ya que su estilo y forma de juego era más propio de los pivots de principios de los 80’s.
Con un físico imponente, sus 218 centímetros y 127 kilos, le llevaron a cuajar buenas temporadas en la NBA y se convirtió en el complemento perfecto de unos Jazz que le necesitaban como bastión defensivo interior.
Llegó a marcar máximos relevantes en su carrera como 25 puntos, 20 rebotes y 11 tapones, pero nunca llegó a ser considerado un pivot de primera línea, tanto como para que, un pivot veterano y no precisamente un dechado de virtudes como Olden Polynice, fuera quien le quitara la titularidad en los Jazz.
Con todos estos antecedentes, se puede decir que la carrera de Greg Ostertag en las 11 temporadas y 756 partidos que disputó en la NBA, fue bastante completa para un jugador de sus condiciones y estilo de juego, pero no le llevó a formar parte de las páginas de historia más relevantes de la NBA, al menos, dentro de las canchas.
Sin embargo, Greg Ostertag sí que finalmente se convirtió en historia de la competición estadounidense por un hecho muy especial que aconteció en su vida personal.
El que fuera pivot de los Utah Jazz, donó un riñón en 2002 a su hermana Amy que estaba enferma de gravedad, lógicamente por una patología renal. En aquel momento, Ostertag contaba con apenas 28 años y todavía seguía jugando en los Jazz.
Tras la donación, volvió a jugar con normalidad en la NBA con los de Utah y, de esta forma, se convirtió en el primer jugador en activo de la historia, en ser donante de órganos.
Posteriormente, siguió jugando otras 4 temporadas más al máximo nivel, e incluso volvió a recuperar la titularidad con los de Salt Lake City, por lo que parece que aquella donación, al menos a corto plazo, no le afectó en el desarrollo de su carrera en la NBA.
Aquel hecho, sirvió para salvar una vida y también para hacerle formar parte de los hechos curiosos y relevantes de la «otra» historia de la NBA, que va más allá de lo meramente deportivo. Sin lugar a la duda, fue la mejor jugada de Greg Ostertag.
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