Lo que pudo haber pasado en el Draft de 1986
La historia del Draft de 1986 es una de las más curiosas e interesantes de todos los tiempos. Lamentablemente, ha quedado en el recuerdo colectivo por ser el Draft de Len Bias, el prodigioso jugador que estaba destinado a dominar la NBA y que falleció a los dos días de ser elegido por los Celtics, por un fallo cardiaco producido por el consumo de drogas.
Además, la calidad que atesoraba aquella clase del draft de 1986, quedó tristemente ensombrecida por otros sonados fracasos de jugadores de los que se esperaba muchísimo más de ellos.
El elemento común de todas aquellas decepciones deportivas fueron las drogas, un mal que golpeaba especialmente en aquellos tiempos a la NBA y contra el que el Comisionado David Stern se conjuró para intentar erradicarlo de la liga.
Nombres como Chris Washburn, Roy Tarpley, William Bedford o el propio Len Bias fueron un claro ejemplo de aquella lacra que marcó la carrera de cuatro de los siete primeros jugadores elegidos en aquel Draft.
Tristemente, este es el primer recuerdo y la visión histórica más común de aquel Draft de 1986, pero la realidad fue mucho más amplia y compleja de lo que parece a primera vista.
Aquel Draft también fue uno de los más profundos en cuanto a cantidad de talento de la historia, ya que llevó a debutar en la liga estadounidense, a 68 jugadores de los 166 que se draftearon en total.
No hubo ningún MVP, pero sí jugadores de gran calidad como Brad Daugherty, Chuck Person, Dell Curry, Ron Harper o Arvydas Sabonis en primera ronda y, en rondas posteriores, jugadores de la talla de Mark Price, Dennis Rodman, Jeff Hornacek, David Wingate o Drazen Petrovic.
Dentro de las múltiples historias individuales y colectivas intrincadas de aquel Draft, ocupa un lugar muy especial la de los Boston Celtics, que afrontaron ese evento de una manera especial y con unas perspectivas muy distintas a los hechos que posteriormente acontecieron.
De origen, el caso de los Celtics fue especialmente relevante porque afrontaron la noche del Draft del 17 de junio de 1986, tras proclamarse Campeones de la NBA el día 8 de ese mismo mes y, además, tras haber conseguido en la lotería del Draft la segunda elección, una posición de privilegio derivada del traspaso a los Seattle Supersonics de Gerald Henderson en 1984.
Los orgullos verdes tuvieron la fortuna de tener una selección otorgada por uno de los peores siete equipos de la NBA de esa temporada (Supersonics) y, además, en la noche de la lotería, su sobre en el bombo quedó tan solo por detrás del de los 76ers (vía Clippers), que finalmente terminaron traspasando el número 1 logrado a los Cavaliers a cambio de Roy Hinson, tras intercambiar previamente a su pivot Moses Malone por Jeff Ruland y Cliff Robinson.
El movimiento de los 76ers tampoco pasó a la historia por ser precisamente uno de los más acertados de todos los tiempos, porque Hinson nunca alcanzó el nivel esperado y demostrado en Cleveland y, Jeff Ruland, se lesionó de gravedad en el quinto partido de temporada, lo que significó prácticamente su retirada de la NBA.
La situación era que el mejor equipo de la liga en aquel momento, que ya de por sí contaba con Larry Bird, el tres veces MVP de la competición, se iba a reforzar con uno de los mejores talentos jóvenes del planeta, lo cual podía hacer que la Dinastía de los de Massachusetts se prolongara durante mucho más tiempo, pero todo se fue a pique la noche del 19 de junio de 1986.
Esa noche aciaga, se conoció la muerte de Len Bias, un jugador que muchos catalogaban como la Némesis de Michael Jordan, por los enfrentamientos que habían tenido en la NCAA.
En aquel momento, se perdió la vida de una futura estrella del baloncesto y también una oportunidad histórica para los Boston Celtics de renovar y prolongar su éxito deportivo ya que, además de perder al jugador en sí, perdieron la opción de elegir a otros jugadores que desarrollaron una gran carrera en la NBA.
Además, para mayor infortunio deportivo, los Detroit Pistons que se convertirían en el equipo que a la postre acabó con la Dinastía de los Celtics, consiguieron reforzarse en ese mismo evento con John Salley y Dennis Rodman.
Los Celtics pasaron de tenerlo todo, a quedarse sin nada y con un equipo sin un relevo generacional claro, mientras que sus principales rivales directos, salieron especialmente beneficiados por la suerte de aquel Draft.
En resumen, el Draft de 1986 unió para siempre el nombre de Len Bias, un jugador que nunca llegó a debutar en la NBA, con los Boston Celtics, uno de los equipos más grandes de la historia.
Sin embargo, no todo es lo que parece, porque Larry Bird, en una entrevista en el canal de YouTube «The Universe Galaxy NBA» desveló un dato desconocido de lo que aconteció en aquel Draft.
Según comentó el propio Bird, realmente el jugador que deseaba Red Auerbach no era Len Bias, sino que su jugador favorito era Brad Daugherty porque habían tenido la oportunidad de hacer unos entrenamientos previos con los Celtics y el talentoso pivot de los Tar Heels de North Carolina había impresionado especialmente al General Manager de los Celtics.
Era un jugador alto de gran calidad y versatilidad, que podía cubrir el futuro espacio generacional de Robert Parish y Bill Walton, ambos con 32 y 33 años respectivamente y que encajaría muy bien con el juego de Larry Bird y Kevin McHale.
Por otro lado, Len Bias no dejaba de ser un alero y coincidía en su rol en la cancha con Larry Bird, el actual MVP del equipo y que todavía parecía que iba a tener varias campañas a un alto nivel de juego, aunque ya contaba con 29 años.
Por tanto, la opción de Len Bias llegó porque no pudieron hacerse con Daugherty y al elegir al fallecido alero de Maryland, perdieron la oportunidad de apuntalar el proyecto deportivo con una buena opción del Draft, algo difícilmente conseguible para un equipo acostumbrado a luchar por el Título de la NBA y a no tener primeras opciones en la Lotería del Draft.
De nuevo, la NBA vivió la paradoja de un destino difícilmente predecible en el que los Boston Celtics tuvieron la doble fortuna de tener la posibilidad de la elección de los Sonics y de quedar segundos en la Lotería del Draft, pero la inmensa desgracia de perderlo todo.