La lección de vida del padrastro de Shaq
Muchas de las grandes estrellas de la vida tuvieron orígenes difíciles por criarse en hogares marginales. La historia de Shaquille O’Neal no fue diferente porque su padre biológico, Joe Toney, tuvo graves problema con las drogas, lo que le llevó a abandonar a su familia y a no tener relación con el pequeño Shaquille desde que era un bebe. En su lugar, surgió la figura de Phillip Arthur Harrison, un sargento del ejército, que terminó convirtiéndose en el padrastro de Shaq.
Al contrario de otras historias en las que la figura del padre putativo no tiene un impacto real en la vida de sus hijastros, Phil se convirtió en una gran ayuda y en un mentor vital para Shaquille O’Neal , el cual siempre le ha mostrado su agradecimiento como, por ejemplo, en el hecho de llevar el 34 en los Lakers en su honor, por ser el número que utilizó su padrastro cuando practicó deportes.
Esa influencia positiva fue realmente importante, hasta el hecho de que Shaquille ha relatado en múltiples ocasiones la historia en la que Phil le dio una importante lección de vida en el inicio de su carrera deportiva.
En el octavo partido de su temporada rookie con los Orlando Magic, los de Florida visitaron el mítico Madison Square Garden y Shaquille O’Neal se enfrentó por primera vez en la NBA a Pat Ewing.
El partido de O’Neal fue bastante malo y, a pesar de no haber hecho malos números con 18 puntos 17 rebotes, sus porcentajes de tiro habían sido bastante malos, un 38,9% en tiros de campo y un 36,4 % en tiros libres. Además, los Magic perdieron por un contundente 92 a 77.
Tras acabar el partido, el padrastro de Shaq le llamó para ver que había pasado y este le contestó que le había podido la presión.
Tras escuchar estas palabras, Phil le ordenó a Shaq que tomara el primer avión que pudiera y que le esperaba a las 5 de la mañana en su casa.
Cuando Shaquille llegó a recogerle, su padrastro le estaba esperando vestido y se montaron ambos en el coche.
Empezaron a desplazarse por la ciudad sin intercambiar palabra, hasta que llegaron a un lugar donde estaba una familia sin hogar al que el Sargento Phillip Arthur Harrison les ayudaba con comida y con dinero de vez en cuando, para poder paliar su difícil situación.
Estuvieron un rato observándoles y entonces le dijo a Shaq: «¿Qué pasó en el partido de ayer?», a lo que este le contestó «sentí la presión y no jugué bien».
Su padre adoptivo le miró y le dijo con calma:
«Eres joven y tienes mucho dinero, presión es la de esa familia que no sabe cuando va a volver a comer cada día. No me vuelvas a decir que sientes presión».
Aquel día, Shaquille O’Neal recibió una importante lección de vida y comprendió que era un afortunado y que tenía que relativizar en su mente, los éxitos y los fracasos deportivos, lo cual seguramente le ayudó y le marcó durante el resto de su carrera, tanto como para seguir recordando décadas más tarde aquella vivencia.
Para Shaquille, el Sargento Phillip Arthur Harrison, aunque no fuera su progenitor, siempre lo consideró su padre a todos los efectos y así lo fue diciendo, e incluso cantando, por todo el lugar por donde iba.
Phil Harrison falleció el 10 de septiembre de 2013 y, años más tarde en 2016, Shaq terminó conociendo a Joe Toney, su padre biológico, al cual le dijo:
«No te odio. Tuve una buena vida. Tuve a Phil»
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