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El verano que cambió la vida de Anthony Davis

Anthony Davis es una de las estrellas más rutilantes de la actual NBA. Su presente y su futuro, junto a Lebron James, le colocan en una posición de privilegio para poder escribir páginas de oro en la historia de la competición norteamericana, pero no siempre fueron tiempos de mieles y rosas para Anthony Marshon Davis, Jr.

Davis creció y se formó deportivamente en la ciudad de Chicago, como otras grandes estrellas de la NBA de la altura y dimensión de Dwyane Wade, Mark Aguirre o el mismísimo Isiah Thomas.

El estado de Illinois, y en concreto la ciudad de Chicago, han dado grandes jugadores al espectro de la NBA.

La particularidad del caso de Anthony Davis es que surgió de lo inesperado, tanto por el escenario donde se forjó su juego, hasta por sus condiciones físicas.

El escenario fue el Perspectives Charter School, un centro educativo que destaca más por su plan formativo en ciencias y en matemáticas que en actividades deportivas. De hecho, la escuela no tenía ni gimnasio y los chicos tenían que entrenar en una iglesia cercana.

En cuanto a las condiciones físicas, en aquella época Anthony Davis en su primer año en el Instituto medía tan sólo 1.83 m y era conocido como «el pequeño que lanzaba triples desde la esquina».

Tenía cualidades y aptitudes de juego de un jugador de su altura… buenos fundamentos, buen dribbling y un tiro bastante certero para ser un jugador exterior.

Todo apuntaba a que no pasaría nada realmente especial con Davis, ni con el equipo de baloncesto de la Perspectives Charter School, pero en ese primer verano la genética entró en juego y creció 7 pulgadas, es decir, 18 centímetros.

anthony davis

Curiosamente de lo que más se alegraba Anthony Davis en aquel momento era de haber crecido tan rápidamente sin tener prácticamente dolores de rodilla.

Al principio de su segunda temporada en el Instituto el pequeño Anthony Davis ya medía 2.03 m, lo cual le convertía en un proyecto de jugador muy interesante, máxime cuando mantenía sus capacidades de un jugador de 1.83 m, es decir, tenía cuerpo de alero pero fundamentos y técnica de un base.

Lo mejor de aquel proyecto de jugador, era que además probablemente tenía margen de crecimiento por su edad.

A pesar de algunas voces que le recomendaron abandonar Perspectives Charter School para ir a un Instituto con mayor preparación y difusión deportiva, Davis se mantuvo en su pequeño centro educativo con la creencia de sí realmente era bueno le encontrarían donde estuviese.

A.D. no pasó desapercibido y pronto se le calificó como uno de los mejores proyectos de jugador del país y varias universidades pusieron sus ojos en él.

Finalmente los Wildcats de la prestigiosa universidad de Kentucky, se hicieron con aquel espigado ala pivot de 2.08 m, con cara de empollón y con la necesidad perentoria de un tratamiento facial de depilación del entrecejo.

Tras un sólo año en la universidad en la que ganó el Campeonato de la NCAA y fue nombrado MVP de la competición, el ya conocido como la ceja por cuestiones obvias, dio el salto a la NBA y fue elegido número 1 del Draft por los New Orleans Hornets.

A partir de aquí Davis se ha convertido en uno de los mayores talentos de la NBA y el mismísimo Lebron James le consideró clave para su suerte en los Lakers.

En ocasiones, incluso en los lugares más inesperados el talento se abre paso… y si no que se lo pregunten al «pequeño que lanzaba triples desde la esquina».

Anthony Davis

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