Michael Jordan en la ACB… el sueño de una noche de verano
Michael Jordan en la ACB… suena a sueño pero es la realidad de un partido histórico que se ha visto olvidado por el paso del tiempo. El 30 de agosto de 1990 en el Palacio de los deportes de Barcelona, 9000 aficionados pudieron vivir en directo el hecho de poder ver jugar al que para muchos es el mejor jugador de todos los tiempos.
Aquel día la ACB presentaba la temporada 1990-1991 con un partido de exhibición de sus mejores estrellas.
Como colofón a ese día festivo se había invitado a participar en el partido a la gran estrella de la NBA Michael Jordan. El lugar (Barcelona) futura sede de los Juegos Olímpicos y Nike patrocinando el evento, hicieron posible el histórico momento.
En aquel momento Jordan ya era un fenómeno mundial… una de las grandes estrellas de la NBA pero todavía no había empezado a forjar su camino hacia el mito que ha terminado siendo.
Estaba en el mejor momento de plenitud física de su carrera y era el actual MVP de la NBA aunque todavía no contaba con ninguna muesca de Títulos de la NBA en su creciente palmares deportivo.
Con todos estos antecedentes, los aficionados estaban expectantes de ver a alguien con Michael Jordan codeándose con los jugadores terrenales de la ACB, sin llegar a ser conscientes de que se encontraban frente al jugador que cambiaría la historia del baloncesto pasando a convertirse en el icono de ese deporte.
Como no podía ser menos la impronta de Michael Jordan en la ACB no dejó a nadie indiferente.
Disputó cada mitad del partido con un equipo de la liga. Primero con los naranjas y después con el combinado azul.
En la primera parte junto a jugadores como Audie Norris o Walter Berry anotó 16 puntos y en la segunda con los Villacampa, Winslow y Magee sumó otros 21 puntos.
Curiosamente Michael Jordan fue el máximo anotador de ambos equipos y como no del partido con un total de 37 puntos.
El equipo azul donde Jordan jugó la segunda parte se hizo con el partido por 100 a 87. Lo único que le faltó a la estrella de la NBA fue ganar el partido con los dos equipos… pero eso a día de hoy sigue siendo imposible… incluso para el mejor de los Jordan.
Muchos de los aficionados que vieron aquel partido lo vivieron sin más como la visita de una gran estrella del baloncesto norteamericano, pero lo recuerdan como el sueño de una noche de verano en el que vieron jugar al baloncesto al mejor jugador de todos los tiempos de este deporte.