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Ralph Sampson, el Gigante que no quiso ser un pivot

Las cifras de Ralph Sampson empezaron a mermar, mientras que las de Hakeem Olajuwon comenzaron a ser cada vez más superiores y se terminó convirtiendo en el eje del equipo, el jugador franquicia.

Los Houston Rockets confirmaron su condición de aspirantes al Título de la NBA y se plantaron en las Finales de la competición tras vencer a los todopoderosos Lakers del Showtime, con canasta decisiva del propio Sampson en el último segundo, del quinto partido, de las Finales de la Conferencia Oeste.

Magic Johnson defendiendo a Sampson
Magic Johnson defendiendo a Sampson

La canasta semi de espaldas de Ralph Sampson enmudeció al Fórum de Los Angeles, que ya soñaban con la ansiada prórroga que les hiciera llegar «vivos» al siguiente partido de la serie.

En aquel momento Sampson era un referente en la NBA y, una futura joven estrella como David Robinson, eligió llevar el número 50 en honor de su ídolo, el «ala pivot» de 224 centímetros de los Houston Rockets.

En la Final de la NBA les esperaban unos experimentados Boston Celtics, liderados por el tres veces consecutivas MVP de la NBA de 1984 a 1986, Larry Bird.

El polivalente alero, más el poderoso y efectivo juego interior protagonizado por Robert Parish y Kevin McHale, apoyados desde el banquillo por el pivot Bill Walton, nombrado Mejor Sexto Hombre de la temporada, desarmaron el juego interior de los Rockets que, a pesar de ello, presentaron batalla en la serie perdiendo finalmente por cuatro a dos la Final de la NBA.

El nivel de brega en las Finales fue tan fuerte que, incluso el propio Ralph Sampson, fue expulsado en el quinto partido de la serie por una pelea con el base de los Celtics, Jerry Sichting, donde también recibió Dennis Johnson, aunque éste último también le lanzó varios golpes a un desnortado Sampson.

Sampson por el suelo durante la pelea rodeado de Larry Bird y Dennis Johnson
Sampson por el suelo durante la pelea rodeado de Bird y Dennis Johnson

A partir de este momento de su carrera, con tan solo 26 años, comenzó su martirio con las lesiones de rodilla. Había llegado el punto de inflexión de la carrera de Ralph Sampson, sin que él todavía llegara a saberlo.

Su rendimiento empezó a bajar y dejó de ser el complemento idóneo para Hakeem Olajuwon. Por ello los Rockets le traspasaron a los Golden State Warriors a principios de la temporada 1987-1988.

Fue intercambiado junto con Steve Harris por otro número 1 del Draft, Joe Barry Carroll, el base Eric Sleepy Floyd y una cantidad de dinero.

El traspaso fue un gran movimiento de los Rockets, ya que consiguieron dos buenos activos para el equipo, a cambio de un jugador como Sampson que apenas jugó 151 partidos en las cuatro temporadas y media siguientes antes de su retirada.

Tras pasar por los Warriors, también jugó en los Sacramento Kings y en los Washington Bullets, donde su presencia fue meramente testimonial hasta que llegó el momento de su retirada en la NBA tras diez temporadas y un total de 456 partidos.

El hombre que parecía destinado a marcar una época en la NBA y que entró por la puerta grande de la competición más exigente del planeta, se iba por la puerta de atrás, marcado por las lesiones que prácticamente le habían impedido totalmente jugar al baloncesto.

Aun así hizo un último intento de seguir ligado al baloncesto tras aceptar la oferta de jugar en el Unicaja Málaga de la ACB española. En el equipo andaluz solamente jugó 8 partidos promediando 7 puntos y 6.8 rebotes por partido.

Ralph Sampson con la camiseta del Unicaja Ronda
Ralph Sampson con la camiseta del Unicaja Ronda

Las lesiones en sus rodillas le impidieron poder sacar partido a lo que la genética le había regalado, un físico único para la practica del baloncesto, un jugador del siglo XXI o, incluso, XXII, ya que todavía no ha llegado a la NBA un «ala pivot» de 224 centímetros.

Quizás su eterna condena de tener que ganar musculatura y peso para poder jugar cerca del aro, le llevó a que sus rodillas sufrieran más de lo que su propia naturaleza le había permitido soportar.

En 2012 fue elegido como miembro del Hall of Fame por su trayectoria deportiva en el baloncesto en Estados Unidos.

Sea como sea, Ralph Sampson es el jugador de más de 220 centímetros que más expectativas reales y más decepción ha creado en la historia de la NBA… de momento.

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