El último jaque mate de Red Auerbach
Uno de los grandes motivos por el que los Boston Celtics son una de las grandes franquicias de la historia de la NBA, fue sin lugar a duda la capacidad de planificación y la estrategia deportiva del mítico Red Auerbach.
A lo largo de su vida deportiva en la franquicia de Massachusetts, las decisiones que tomó tanto en el banquillo, como en los despachos de los de Boston, fueron decisivas para él éxito de los orgullos verdes.
La primera de ellas llegó en el Draft de 1956, donde decidió apostar por un pivot de los Dons de la Universidad de San Francisco llamado Bill Russell, a cambio de que los St. Louis Hawks le cedieran su segunda elección por el consagrado Ed Macauley y el todavía inédito, Cliff Hagan. Aquel arriesgado movimiento, llevó a los Celtics a ejercer el mayor dominio deportivo de un equipo en la historia de la NBA.
Tras el gran final de la década de los 50’s, el dominio absoluto de la de los 60’s y los éxitos de los Títulos de 1974 y 1976 en la década de los 70’s, los Celtics se enfrentaron a una necesaria reconstrucción sobre todo tras la despedida del gran John Havlicek.
Para ello primero Auerbach se fijó en un tímido alero de la pequeña Universidad de Indiana State llamado Larry Bird, por el que apostó firmemente en el Draft de 1978, a pesar de que éste decidió no incorporarse a la NBA esa temporada y que podía haber vuelto a ser elegible en el siguiente Draft.
Finalmente Bird terminó firmando en 1979 por los Celtics, poniendo así el primer pilar de una nueva época dorada de los de Boston, pero aquel no fue el único movimiento que originó a los exitosos Celtics de los 80’s.
Si algo no le faltó a Red Auerbach a lo largo de su carrera fue la suerte y en la temporada de 1978-1979, previa a la llegada de Bird, se gestó un movimiento de jugadores que terminaría llevando a Kevin McHale y a Robert Parish a los Boston Celtics de una forma un tanto rocambolesca.
Todo comenzó curiosamente por un problema en el vestuario de los Boston Celtics.
Los del Boston Garden no funcionaban aquella temporada y decidieron sustituir a Tom Sanders por el todavía jugador del equipo Dave Cowens, en esa figura de entrenador-jugador que siempre ha gustado tanto en Boston.
Los Celtics apostaron por el extraordinario talento ofensivo del ala pivot de los Knicks Bob McAdoo, a cambio de Tom Barker y sus tres elecciones en el Draft de 1979.
La apuesta por McAdoo desde las oficinas del Garden era firme, ya que cedieron por él todas sus opciones del Draft de 1979 (picks 3, 9 y 21), pero aquel movimiento no cuajó.
Los problemas de McAdoo con el entrenador-jugador Dave Cowens pronto se hicieron patentes y, tanto uno, como otro, manifestaron su malestar por tener que compartir vestuario. De hecho, McAdoo nunca aceptó no ser titular en algunos partidos en aquel equipo.
Ante la disyuntiva de mantener a uno u otro, no había discusión alguna ya que Cowens era un auténtico ídolo en el Boston Garden, tras haber sido artífice esencial de los Títulos del 74 y 76 y MVP en el año 1973.
Automáticamente se empezó a buscar una salida para un jugador codiciado como Bob McAdoo y se eligió la opción de los Detroit Pistons que fue traspasado por dos elecciones del Draft, como forma de compensación de la asunción del contrato del veterano M. L. Carr por los Celtics.
La jugada una vez más le salió redonda a Auerbach, ya que consiguió a un jugador todavía solvente como Carr y a las elecciones 1 y 13 del siguiente Draft.
En teoría ya estaba todo planteado para que los Celtics pudieran hacer movimientos con esas elecciones del Draft, pero todavía hubo un acontecimiento más que con el tiempo ha pasado al olvido.
Auerbach y el propietario de los Celtics de la época Harry Mangurian, intentaron hacerse con los servicios de Ralph Sampson aprovechando que iban a tener la primera elección de aquel Draft.
El pivot de 224 centímetros de la Universidad de Virginia, acababa de finalizar su primer año en la NCAA y apuntaba a ser un jugador determinante.
Si se acogía a la Hardship Rule (Regla de la Necesidad) podía declararse elegible como otros muchos jugadores y para convencerle de ello, se presentaron en su casa Mangurian y Auerbach. En aquel momento, todavía no existía la lotería del Draft e incluso el famoso lanzamiento de moneda previo al actual sistema, se realizaba antes del fin del periodo de declararse elegible, luego los jugadores podían saber que equipo les podría elegir.
La primera reunión de Auerbach y Mangurian con los padres de Sampson y la segunda reunión ya con el pivot presente, terminaron de forma infructuosa para los Celtics y finalmente el deseado pivot decidió continuar en la Universidad.
La afortunada a la postre negativa de Ralph Sampson, llevó a los Celtics a un nuevo plan «B» y de la mano de Auerbach se sentaron a negociar con los Golden State Warriors
La idea de Auerbach era elegir a Kevin McHale y le ofrecieron a los Warriors cederles la primera y decimotercera elección que habían obtenido del traspaso de McAdoo a los Pistons, a cambio de la tercera elección de ese Draft y del pivot de los de Golden State, Robert Parish.
Los Warriors aceptaron la propuesta y con la primera elección del Draft eligieron a Joe Barry Carroll y con la decimotercera a Rickey Green.
Por su parte los Celtics se hicieron con Kevin McHale y con Robert Parish, que terminaron formando con Larry Bird uno de los mejores tríos de la historia de la NBA.
En definitiva, los problemas en el vestuario de McAdoo con Dave Cowens y la negativa de Ralph Sampson a jugar en los Celtics, terminaron haciendo que a Boston llegaran dos jugadores que serían esenciales para disputar 5 finales de la liga y ganar tres Títulos de Campeón de la NBA.
Estrategia, planificación, sexto sentido o suerte… no lo sabremos nunca, pero lo que fuera siempre sonrió a Red Auerbach… un hombre tocado por la barita del éxito.