Willis Reed y el orgullo del Madison Square Garden
Los New York Knicks es uno de los grandes equipos históricos de la NBA. Presente desde el comienzo y fundación de la competición en 1946 de la mano de su primer propietario Ned Irish, los Knicks se han convertido en uno de los equipos más conocidos de la NBA aunque realmente no han tenido un gran éxito deportivo en liga norteamericana salvo en la etapa de su gran capitán… Willis Reed.
Es curioso el caso de un equipo como los Knicks ya que por historia y tradición probablemente deberían tener un mayor palmares del que tienen pero por unos motivos o por otros nunca han llegado a tener un equipo dominante del campeonato.
Los Knicks, junto a los Celtics y Warriors, son los tres únicos equipos que perviven desde 1946 en la NBA. De hecho, tanto los New York Knicks como los Boston Celtics son los dos únicos que equipos que nunca han cambiado ni de ubicación, ni de denominación.
El resultado de ambos equipos ha sido muy distinto históricamente. Los Celtics han ganado 17 Títulos y los Knicks tan sólo 2. Si lo ponemos en paralelo a los Warriors el balance es de 6 a 2 a favor de los de California.
De igual modo, el mercado comercial y deportivo de la ciudad de Nueva York es uno de los más potentes de la NBA, e incluso el escenario de juego, el mítico Madison Square Garden la cuna de la NBA, evoca una grandeza que los Knicks nunca han llegado realmente a alcanzar.
Toda esta información muestra que el potencial de los Knicks siempre ha estado por encima de sus resultados. Han tenido todo para ser los mejores pero en escasas situaciones lo han logrado.
De hecho, tan sólo han tenido un MVP a lo largo de su historia… Willis Reed.
Precisamente este hombre ha sido el único jugador que llevó a los Knicks a las cotas de grandeza que su historia merece.
El caso del Reed es curioso ya que realmente no fue, ni la primera opción de los Knicks en el Draft de 1964.
Los de Nueva York tenían el número 1 de aquel Draft y eligieron a Jim Barnes también conocido como Jim «Bad News» Barnes y ya en segunda ronda a Willis Reed.
En este caso, la fortuna sí que sonrió a los de Nueva York y ambos jugadores tuvieron una gran primera temporada en la NBA, tanto como para ser elegidos ambos en el Mejor equipo Rookie del año pero fue Willis Reed el que realmente mostró su máximo potencial.
Jim Barnes fue traspasado a los Bullets a cambio de Walt Bellamy, que formó junto a Reed una de las mejores parejas interiores de la NBA.
No fue hasta la temporada 1967-1968 hasta que se vio el verdadero potencial de los Knicks de Willis Reed ya que aquella temporada llegaron una pléyade de Rookies formada por Walt Frazier, Phil Jackson y Bill Bradley.
Esa misma temporada llegó al equipo Red Holzman sustituyendo a Dick McGuire.
Por fin los New York Knicks habían encontrado la formula del éxito pero todavía había un gran problema… los Boston Celtics de Russell y compañía.
Tras la retirada de Russell y el traspaso de Walt Bellamy y Howard Komives por Dave Debuscherre, los Knicks afrontaron la temporada 1969-1970 como su gran oportunidad en la Conferencia Este.
Los Knicks hicieron una gran temporada regular con un balance de 60-22 y con un jugador superlativo… Willis Reed.
Reed se llevó el premio a MVP de la temporada tras promediar 21.7 puntos, 13.9 rebotes y 2.0 asistencias por partido. Ese mismo año también ganó el MVP del All Star, aunque esos no serían sus últimos premios de la temporada.
Como todo apuntaba al principio de temporada los Knicks llegaron a las Finales de la NBA tras la descomposición de los míticos Celtics y allí se encontraron al eterno aspirante de la década de los 60’s, los Lakers de Elgin Baylor, Jerry West y Wilt Chamberlain.
Aquellas históricas Finales de 1970 pusieron en valor la importancia del factor cancha ya que el fervor del Madison Square Garden fue clave en los últimos partidos de la serie.
Además se vivieron momentos épicos de jugadores luchando por una oportunidad única ya que ni los Knicks habían ganado nunca un título y los Lakers llevaban 7 finales consecutivas perdidas.