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Lo que no se vio en el draft de 1984

El draft de 1984 de la NBA, dejó multitud de datos relevantes que han pasado a formar parte de la historia de la competición estadounidense. Prácticamente, se ha analizado, comentado y escudriñado hasta el más mínimo detalle, todo lo que pasó aquella noche del 19 de junio de 1984, que repartió el talento deportivo que dominaría los futuros años de la competición.

Todo lo que pasó delante de las cámaras ha sido objeto de comentarios durante las últimas décadas, pero, ¿qué más pasó entre bambalinas?, ¿qué ocurrió en las conversaciones entre despachos que nunca llegaron a fructificar?

Muchos de los movimientos que se intentaron realizar, llevaban a que los equipos de las posiciones más bajas del draft, pudieran elegir a los jugadores de las primeras posiciones en base a traspasos de otros jugadores.

Uno de los jugadores más deseados de aquel draft, era Michael Jordan, el atlético escolta de los Tar Heels de North Carolina y para hacerse con sus derechos, otros equipos ofrecieron distintas posibilidades a los Chicago Bulls, pero ellos no aceptaron ninguna propuesta.

Lo más curioso de aquello fue que, realmente, Michael Jordan podría no haber acabado en los Bulls, si se hubiera producido un traspaso por encima de su posición en el draft y que le habría afectado colateralmente.

Ese movimiento lo intentaron realizar los Blazers que deseaban a toda costa hacerse con un pívot de gran calidad y por lo que, precisamente, no contemplaban elegir a Michael Jordan.

La joya más preciada de aquel Draft de 1984 no era Michael Jordan, sino que el jugador más deseado era el pívot de origen nigeriano de la Universidad de Houston, Hakeem Olajuwon.

Michael Jordan y Hakeem Olajuwon
Michael Jordan y Hakeem Olajuwon

Los Rockets habían elegido el año anterior a otro pívot de 224 centímetros, Ralph Sampson, que había ganado el premio de Rookie del año y que ya era considerado como una de las mayores estrellas de la liga.

La cuestión es que Olajuwon era tan preciado, que los de Houston, en vez de diversificar en las posiciones de los jugadores, decidieron apostar por otro pívot, primero por razones deportivas y, segundo, llegado el caso, para por poder utilizar a alguno de ellos como posible moneda de cambio en posteriores traspasos.

En aquella época, se estilaba otro tipo de jugador dominante físicamente en la NBA. Se venía del dominio de los grandes pivots de los 60’s como Bill Russell y Wilt Chamberlain, pasando por los Kareem Abdul Jabbar y Moses Malone de los 70’s y, en aquel momento, los Magic Johnson y Larry Bird, que medían ambos, 206 centímetros.

Todos ellos eran jugadores de más de 2 metros, muy dominantes físicamente en sus posiciones de juego.

Nadie pensaba que un jugador de 198 centímetros podría ser el nuevo Rey de la NBA, ni incluso las firmas deportivas, sino que se lo pregunten a Adidas y como despreció a Jordan en su anhelo por calzarse las zapatillas de la todavía firma alemana.

Por estos motivos, los Portland Trail Blazers decidieron intentar utilizar su pick número 2 y a su joven estrella emergente Clyde Drexler, para hacerse con algunos de los dos jóvenes pivots de los Rockets, o bien Sampson, o bien Olajuwon, aunque la única posibilidad real era la de Sampson ya que, si hubieran querido prescindir del potencial del nigeriano, habría sido tan fácil como optar por otra elección en el Draft.

Como ya es historia de la NBA, los de Houston no aceptaron la propuesta de los de Portland y declinaron la oferta de traspaso, para así mantener a sus dos pivots y formar una curiosa pareja de jugadores interiores que terminarían siendo las genuinas y primigenias “Torres Gemelas”.

El más alto de los dos, Ralph Sampson (224 cm), nunca quiso realmente jugar en posiciones interiores, sino que incluso deseaba tener el rol de alero y, sin embargo, el más bajo de ambos, Hakeem Olajuwon (213 cm), sí que se movía como pez en el agua en posiciones interiores, siendo incluso más poderoso en defensa, tanto en rebote, como en intimidación, que Sampson.

El resumen de la operación es que, finalmente, los Portland Trail Blazers no pudieron tener a Ralph Sampson y los Houston Rockets se quedaron sin un posible Big Three del nivel superlativo de Hakeem Olajuwon, Michael Jordan y Clyde Drexler.

Ese trío desde una perspectiva histórica con la información que manejamos hoy en día, podría haber sido la mayor dinastía de la historia de la NBA, pero contextualizando la operación en su marco contemporáneo.

1984 Jordan Olajuwon rockets
Jordan y Olajuwon en un fotomontaje con la camiseta retro de los Rockets

La realidad de aquel momento de 1984 era que, ni Clyde Drexler era la estrella en la que se terminó convirtiendo ya que, en su primera temporada en Portland, apenas sumó 7.7 puntos y 2.9 rebotes por partido en un rol de suplente de Jim Paxson, ni todavía se atisbaban los problemas físicos que terminarían lastrando de forma definitiva la carrera de Ralph Sampson.

Por el contrario, Sampson era considerado un potencial MVP de la NBA y no se hubiera entendido por la afición, el hecho de deshacerse de un jugador tan especial físicamente como él.

El draft de 1984 será siempre recordado por lo que nos brindó con sus extraordinarios jóvenes jugadores, pero también curiosamente, por lo que no nos terminó de ofrecer.

 

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