La tragedia del Team USA en los Juegos Olímpicos de Atenas
La selección de baloncesto de los Estados Unidos es el equipo que ha cosechado más éxitos deportivos en la historia de las olimpiadas. La superioridad histórica del Team USA en los Juegos Olímpicos es tal que nunca se ha bajado del podio en las citas olímpicas en las que ha participado.
De hecho, esas subidas al podio prácticamente siempre se han traducido en medallas de oro. Tan sólo en tres ocasiones hasta el momento, los Estados Unidos no se han subido a lo más alto del podio a recoger la presea dorada.
Hasta la cita olímpica de Munich 1972 el conjunto norteamericano no conoció la derrota. Sumaron un total de 62 partidos invictos sin conocer la derrota hasta que cayeron en una polémica final frente a la URSS de los Belov.
Aquello fue tomado como una confabulación política más allá de lo deportivo y por ese motivo y en plena guerra fría no se activaron las alarmas de lo que realmente estaba pasando… el baloncesto ya no sólo era propiedad norteamericana.
Los éxitos continuaron llegando al Team USA pero la superioridad ya no era tan evidente. En los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 Estados Unidos ganó de nuevo el oro con 7 victorias sin mácula pero Puerto Rico y Checoslovaquia pusieron contra las cuerdas al gigante americano.
En Seúl 1988 llegó la segunda derrota del Team USA en los Juegos Olímpicos y el auténtico origen del cambio de ciclo en las participaciones internacionales de los Estados Unidos
A partir de aquellas Olimpiadas donde los americanos cayeron sin paliativos frente a la URSS de Sabonis en semifinales se tomó la decisión de emepzar a llevar a las competiciones a jugadores profesionales. Concretamente en 1989 se cambió la norma que permitía llevar al Team USA a jugadores profesionales, es decir, a jugadores de la NBA.
Estados Unidos empezó a desplegar su arsenal para recuperar el dominio del baloncesto mundial y formó la mayor suma de talento deportivo de la historia del baloncesto.
En 1992 el Dream Team con jugadores de la talla de Michael Jordan, Magic Johnson o Larry Bird arrasaron en los Juegos Olímpicos de Barcelona.
El mundo del baloncesto volvía a mirar con respeto y admiración al basket norteamericano ya que aquella pléyade de estrellas de la NBA volvió a hacer que vencer a los Estados Unidos fuera un sueño imposible.
En aquel momento se pensó que se sentaban las bases para otra era interminable de dominio del baloncesto norteamericano pero nuevamente el destino nos guardaba una sorpresa.
En las citas de Atlanta y Sidney el guión no fue muy diferente al de Barcelona pero todo cambió en Atenas 2004.
La vigésimo octava cita olímpica de la era moderna se presentaba como otra marcha militar del Team USA en pos de una sencilla y rápida victoria pero algo en aquel equipo no funcionó.
El talento que presentó el equipo norteamericano fue de la talla de jugadores ya consagrados como Tim Duncan, Allen Iverson o Stephon Marbury y estrellas emergentes como Lebron James, Carmelo Anthony y Dwayne Wade.
Como maestros de ceremonias desde el banquillo de aquel equipo Estados Unidos contó con Larry Brown como entrenador principal y con hombres como Gregg Popovich como entrenadores asistentes.
Todos los elementos parecían que sumaban suficiente para alcanzar el éxito pero la X de aquella formula escondía una incognita que a la postre desencadenaría la peor actuación histórica del equipo norteamericano como ahora veremos en la siguiente página.